Crítica al Zelda Skyward – Por Angryfreak
No soy de esos rayados por los Zeldas ni le rindo pleitesía a la franquicia, pero sí reconozco sus méritos y no me tiembla la mano en catalogarla como la mejor saga de videojuegos de la historia. ¿Cuál es la clave de su éxito? Pues premisas sencillas y un seguimiento extremadamente fidedigno a los aspectos que hicieron grandes a sus secuelas, pero sin caer en el agotamiento y ofreciendo experiencias distintas en cada entrega. Se podría decir que TLOZ es la franquicia perfecta, con juegos que marcan infancias y sin títulos malos entre sus exponentes (CDi no cuenta).
Mi hermano pequeño tiene una Wii desde hace más de un año. Vivimos en ciudades distintas así que no tengo un acceso continuo a la consola, pero igual me las he arreglado para completar un par de juegos y echarle un vistazo al catálogo de títulos con que cuenta. El primero que terminé fue el Mario Galaxy, y como es de suponer me dejó gratamente sorprendido. Tenía mis dudas con el control del Wii y el asunto ése con el nunchaku, pero los mandos funcionan a las mil maravillas y se complementan a la perfección con la modalidad de juego. El resultado es una joya que supera en una enorme cantidad de aspectos al legendario Mario 64, aunque esa es una afirmación que no debería hacerse a la ligera (no profundizaré al respecto para no desviarme demasiado, pero les insto a que le den una chance si se presenta la oportunidad).
Otros que me agradaron fueron el Súper Mario Bros Wii (clásico pero adictivo), el Punch Out (es genial jugarlo con el nunchaku lanzando golpes a la pantalla) y el Smash Bros Brawl (aburre no tener a nadie cerca para las retas, pero igual me entretuve muchísimo con los videítos). También jugué el Dead Space Extraction (lo mencioné en la entrada del DS en 360) y el Proyect Zero 4 (una de mis sagas de terror favoritas), pero por mucho el mejor juego que he tenido el agrado de disfrutar en la consola es el Skyward Sword que terminé hace un par de semanas.
Ya he dicho que no soy ningún fanático de los Zeldas ni nada de eso. El último título de la saga que terminé fue el Ocarina y en el Wind Waker me quedé trabado en la primera mazmorra (del Twilight Princess hablaré más rato), pero éste me atrajo desde el primer instante en que lo vi.
Pese a que la historia no es la gran cosa y se tarda un buen rato en tener control sobre el protagonista, el juego engancha casi al instante y no pasará mucho antes de tener tu primera aproximación al interesantísimo sistema de batalla que se estrena en la franquicia. Resulta que ahora la espada se mueve en la dirección en la que apuntas el control, permitiendo una libertad de movimientos inaudita en un juego de similares características, además de que cambia radicalmente la forma en que deben encararse los combates. Ya no basta con presionar cuatro veces un mismo botón para formar una combinación de golpes; aquí debes esgrimir el control en la dirección correcta para lanzar espadazos en un ángulo determinado, lo cual resultará vital ya que muchos enemigos deben ser golpeados en formas específicas. Por ejemplo, para lastimar a un rival que sostiene un escudo con su mano derecha deberás conectar en el lado que tiene desprotegido, o sino el ataque no surtirá ningún efecto.
Pese a que resulta bastante novedoso controlar la espada con el control, muchos aspectos del sistema de batallas tradicional de los Zeldas post Ocarina permanece intacto (todo lo que implica usar el escudo, el ataque giratorio, la mira fija y la interacción con los ítems apenas ha sufrido cambios). Acostumbrarse a los movimientos con el “mote” del Wii puede tomar su tiempo, pero una vez que te familiarizas con el sistema resulta en extremo satisfactorio. Incluso he llegado a pensar que este juego podría encabezar un cambio paradigmático en la forma de concebir las aventuras de este tipo, sin mencionar que ahora es casi imposible que para el siguiente Zelda Nintendo vuelva al sistema antiguo, por lo que tendrán que seguir trabajando en la compatibilidad del control con la espada.
Otra cosa que notarás casi en seguida son los gráficos. Son como una fusión entre el WW y el TP, pero con elementos propios que recuerdan un tanto al Okami. En el juego anterior todo era muy oscuro y lúgubre. Es cierto que los gráficos impresionaron para su época (dentro de su consola, claro) y hay muchos jugadores que hubiesen preferido mantener el engine, pero Nintendo apostó por algo distinto y desde el mundo del crepúsculo damos un salto al mundo de la luz, donde se ha puesto mucho cuidado en la creación de un entorno natural. En el TP Hyrule está casi completamente colonizado y se juega mucho con los colores opacos, mientras que aquí casi el 90% de los lugares que visitaremos son áreas vírgenes e inexploradas, que los humanos no han pisado jamás. Es obvio que la iluminación juega un papel fundamental en la aventura, haciendo a un lado las mazmorras oscuras donde era obligatorio llevar un farol para seguir avanzando.
La música está bastante buena, aunque como es tradición en la saga muchos de los temas son remix de canciones antiguas. Pese a lo anterior el apartado musical cumple una función vital para progresar en la aventura, como es tradición en casi todos los exponentes de su familia.
La historia es simple pero cautivadora. No es tan oscura como en el Twilight ni en el Majora`s Mask pero igual tiene sus momentos serios. Siendo honestos, es una trama bastante genérica que no presenta nada nuevo, aunque los Zeldas nunca se han caracterizado por presentar historias complejas y aquello tampoco tiene nada de malo. La premisa central de estos juegos siempre ha sido la misma: “Vence al mal que amenaza al mundo convirtiéndote en el héroe legendario” y en ese sentido el Skyward cumple a la perfección con lo que promete. Una historia llena batallas épicas y acontecimientos inolvidables.
Creo que la gran baza de este título no está en los gráficos, la música ni en el control de la espada. En realidad lo que lo hace grande es -lisa y llanamente- el enorme grado de diversión que proporciona. El Skyward es un juego que entretiene demasiado, tanto así que a ratos se hace difícil soltarlo. El tiempo promedio para dárselo vuelta oscila entre las 30 y 40 horas, pero en ningún momento sentirás monotonía ni agotamiento. La forma en que Nintendo se las arregló para mantener el juego fresco de principio a fin es increíble, y de verdad que está a la altura del Ocarina en ese apartado (a mi humilde parecer el juego más divertido sobre la faz de la Tierra).
¿Cómo medir la “diversión” que transmite un juego? Al ser un criterio extremadamente subjetivo es muy difícil decirlo, pero supongo que puede determinarse en base a qué tan desarrollado está el gameplay, a si la historia resulta atractiva o no y si eres de esos jugadores que disfrutan usando sus cerebros para resolver puzles y acertijos. Al fin y al cabo los Zeldas son juegos donde tienes que pensar para seguir progresando en la aventura, y algunos enigmas están tan bien planteados que de verdad te emociona el resolverlos. Supongo que otra forma de medir la diversión es en base a la expectativa que genera, es decir, a qué estés permanentemente diciendo en tu cabeza “¿Y con qué saldrán ahora?”.
Los jefes finales son BESTIALES. ¿Recuerdan algunos combates memorables en el Ocarina como el enfrentamiento contra el Fantasma de Ganon o el Dragón de Lava? Pues palidecen de vergüenza ante los enemigos que te encontrarás en esta aventura. No manejo cifras, pero estoy bastante seguro de que este es el Zelda con más subjefes, aunque igual hacen trampa porque debes enfrentar a Grahim como tres veces y pasa lo mismo con el Cautivo. Y ya que lo sacamos a colación, el Cautivo es una criatura oscura del tamaño de una montaña que deberás sellar con cierta frecuencia. Grahim es un guerrero misterioso cuyo objetivo es revivir al Heraldo de la Muerte y apoderarse del mundo.
Por mucho mi enfrentamiento preferido es contra Iruoma, el Gólem de las Tinieblas con que habrás de combatir en la Gran Caverna Ancestral, que viene a ser el Templo de Agua de este juego. Es una representación de una estatua de Buda fusionada como Visnú (en inglés Vishnu), armado con una gran variedad de espadas que miden más que la extensión de tu cuerpo. La batalla se divide en fases y transmite un grado de emoción inconmensurable.
Un último aspecto que me gustaría analizar antes de pasar a las críticas en detalle es la incorporación de Fay. Ella es un espíritu guardián dejado por la Diosa para custodiar la Espada Maestra. Pese a cumplir técnicamente las mismas funciones que los odiosos Navi y Midna del Ocarina y TP, Fay resulta mucho más grata al tacto que los dos seres despreciables mencionados con anterioridad. Facilita una enorme cantidad de información y no suele interrumpir tanto el juego, además la mayoría de sus intervenciones son bastante apropiadas. Es muy útil cuando te quedas trabado y suele darte consejos muy precisos.
Algunos aspectos negativos
-Pese a no tratarse de un defecto del juego en sí me enfada muchísimo el poco respeto que se tiene a la linealidad de la franquicia. Con aquello me refiero a la supuesta “línea temporal” que durante las últimas décadas los fanáticos han ido construyendo minuciosamente, recabando indicios con cada entrega que salía y otorgándoles una numeración coherente.
Durante los últimos 10 años se había llegado a una especie de consenso sobre la linealidad de la franquicia y sus orígenes. Se consideraba a todos los títulos en forma secuencial a partir del Ocarina del Tiempo donde los personajes de Link y Zelda iban reencarnando en distintos entornos y condiciones sociales. No existía una “casta real” ni nada de eso. Entre los personajes no había vinculación sanguínea alguna y esa es la única forma de explicar por qué los Links suelen provenir de entornos humildes, siendo que por los méritos de sus antepasados deberían ser considerados -a lo mínimo- como semi-dioses.
Pues toda esa construcción doctrinal llegaría a su fin con la llegada del Skyward y el establecimiento de una línea cronológica oficial, que se subdivide en tres ramas a partir del Ocarina, relegando a las tres primeras entregas de la franquicia (The Legend Of Zelda, The Adventure Of Link y A Link To The Past) a un universo hipotético donde el Héroe del Tiempo es derrotado por Ganon y nunca se consuman los hechos narrados en el ZOT.
De por sí resulta absurdo englobar a los tres eslabones primordiales donde se funda la cronología de Zelda en una línea hipotética que se desprende de un hecho que nunca acaeció (es decir, la derrota del Héroe del Tiempo), pero lo más frustrante de todo es que se habla de una casta real al introducir la noción de “descendientes”, ya que el enemigo final del Skyward maldice a Link, a Zelda y toda su prole a luchar contra las fuerzas de la oscuridad en un ciclo infinito. De esta forma se produce el absurdo mencionado con anterioridad, y en vez de simplificar las cosas vuelve la de por sí tenue linealidad que vinculaba a las entregas en un entuerto incomprensible.
Esta crítica podría subsanarse contra argumentando con que el enemigo final dice: “Ustedes, los poseedores de la sangre de la Diosa y el alma del Héroe… nunca escaparán a este ciclo interminable al que yo los condeno…” En esta frase se hace referencia al “alma del héroe”, es decir, no se habla de un vínculo sanguíneo entre los descendientes de Link, pero sí de Zelda y como es bien sabido hace gala de su condición real en todas las entregas de la franquicia. De esta forma estaríamos ante una solución a medias, pero que se cae en mil pedazos cuando consideramos que los Link y Zelda del Skyward tienen una relación amorosa y es altísimamente probable que hayan consumado sus sentimientos con uno o más herederos. Así es como todos los descendientes de Zelda también tendrían un porcentaje de la sangre del Link original, que con el tiempo se convertiría en la realeza de Hyrule. Si consideramos que los habitantes del cielo son la primera civilización humana (no más de cien personas) en poblar la tierra y no todos los descendientes de Link y Zelda se aparearon entre sí fácilmente podríamos concluir que varios miles de años después toda la jodida humanidad tendría un porcentaje de la sangre legendaria (así como para la religión católica todos nosotros portamos la sangre de Caín y/o Abel), volviendo la maldición un descalabro de magnas proporciones que vuelve extremadamente futil todo el discurso del jefazo final. De esta forma concluimos que la maldición no está dirigida específicamente a Link y a Zelda, sino que a la humanidad en su conjunto, aunque dudo muchísimo que los productores del juego hayan llevado el razonamiento a niveles tan absurdos.
Podría explayarme en el tema de la cronología durante páginas y páginas, pero es contraproducente para efectos de la redacción por lo que los remitiré al siguiente video del Nerd (aquí) y a un excelente sketch humorístico que va sobre lo mismo (acá). La cronología oficial pueden encontrarla en los siguientes enlaces 1 / 2 / 3. Para cerrar este asunto digamos que toda esta pelotudez de la línea del tiempo -por muy irrelevante que parezca- constituye uno de los misterios mejor guardados en la historia de los videojuegos. Durante más de 20 años Shigeru Miyamoto se lavó las manos con el tema y en lo personal hubiese preferido que continuase así, pero con esto todos sus esfuerzos por privarle de linealidad a las entregas se ha perdido para siempre. Les aseguro que todos seríamos más felices si simplemente entendiéramos a cada una de los exponentes desvinculados entre sí, salvo las secuelas directas como el Majora o el Zelda II.
-Otra crítica, exceso de rupias y de ítems coleccionables: Quizás suene raro plantearlo así sin más, pero en este juego puedes portar un máximo de 9999 rupias y el objeto más caro no excede las 1500. En el Skyward sólo hay cuatro lugares donde puedes invertir cantidades decentes de dinero: el bazar, la tienda de pociones, la herrería y la tienda flotante. Todos estos sitios están a libre disposición del jugador desde técnicamente el comienzo de la aventura y llegado a un punto (más o menos la mitad del juego) habrás agotado todas las cosas que puedas comprar y mejorar. Aquello no es un problema en sí mismo, pero estimo que pudo habérsele sacado más jugo a la enorme cantidad de dinero que puedes llevar encima. Alcanzado cierto punto en la historia ya ni sentido tiene molestarse en recolectar rupias porque no hay nada en qué invertirlas. Aún más, cualquier jugador medianamente diligente habrá completado todas las compras y mejoras tan pronto se encuentren disponibles (si falta dinero hay varios mini-juegos donde conseguirlo), por lo que te sentirás como un idiota al haber dedicado tanto tiempo a recolectar rupias durante la primera mitad del juego mientras que durante la 2da no te sirven de nada. En el TP había una armadura especial que consumía dinero mientras estuviese activada, y de verdad que se hecha en menos una incorporación de similares características.
Exactamente la misma crítica de las rupias se puede aplicar a los objetos coleccionables. Durante el transcurso del juego te toparás con muchos ítems e insectos que puedes recolectar para ir activando ciertas mejoras y elaborar pociones. Eso está bastante bien y no tengo quejas, pero llegados a cierto punto en la aventura te quedarás sin cosas para mejorar y por ende con millones de ítems inservibles en tu inventario. Siempre pueden venderse para conseguir dinero, pero se aplica lo mencionado en el párrafo precedente.
Lo de las pociones sí constituye una verdadera excepción a esta crítica, aunque en forma matizada. En realidad el juego tiene una dificultad bastante baja y muy rara vez te verás en la necesidad de elaborar pociones para surcar las mazmorras. A lo mucho necesitarás de las potas rojas mejoradas en ciertos momentos puntuales, pero eso también depende de las aptitudes del jugador. Por ejemplo mi hermanito de 9 años sí requería invertir cada tiempo en pociones para algunas zonas difíciles, aunque sólo de las rojas. Todas, salvo la de resistencia y de salud, están demás.
-Una última crítica apunta al escueto inventario. En este juego sólo puedes usar una espada y no puedes portar cascos, armaduras ni botas. Lo anterior es bastante anómalo ya que a partir del Ocarina se volvió habitual en los Zeldas poder optar por equipos customizados, en especial las botas de hierro que eran algo así como marca registrada de la franquicia. Lo único que puedes cambiar es el escudo, aunque al final todo se resume a utilizar dos; el de la Diosa y el Hirulyano (que consigues casi al final). A veces es necesario ir cambiando de escudo dependiendo del escenario, pero eso es sólo durante la primera mitad de la aventura. Una vez que adquieras y mejores el escudo de la Diosa todo dará igual.
Se hecha en menos poder ver a Link con otros trajes y utilizando otras armas, como el Martillo o la Espada Biggoron del Ocarina. Sé que la idea del juego es ir mejorando la Espada Maestra para así vencer al Heraldo de la Muerte, pero no hubiese estado de más tener otras alternativas para hacer frente a las hordas del mal.
Conclusión
Comencé a escribir esta entrada a principios de Marzo, pero debido a una actitud negligente de mi parte se fue aplazando indefinidamente, tanto así que olvidé gran parte de las cosas que quería plasmar en la redacción. Como sea, espero que haya quedado claro el inmenso aprecio que siento por este título y la franquicia en general. Todas las críticas que he realizado son muy detallistas y en realidad no constituyen fallas en ningún sentido de la palabra, sino que tan sólo son aspectos puntuales en los que a mí en lo personal me hubiese gustado ver un mayor desarrollo.
Por último es importante mencionar que esta entrega me resultó tan o más gratificante que el mismísimo Ocarina del Tiempo, juego legendario aclamado por una enorme cantidad de personas como el mejor videojuego de la historia. No comparto aquella afirmación, pero sin duda le posicionaría entre los primeros tres de aquella gloriosa lista, luchando codo a codo con el magnífico FF7 de PSX. Como sea, al decir que el Skyward me pareció igualmente bueno no estoy afirmando que supere los logros de uno de sus predecesores directos, debido a que el Ocarina resplandece con luz propia y su implicancia histórica no puede siquiera compararse con la del juego analizado. Pueden estar al mismo nivel, pero en tanto incidencia en el sector el ZOT le lleva la delantera por un trecho bastante amplio.
Otra vez no puedo opinar demasiado, mi experiencia con los Zelda se limitan a los juegos de Game Boy y el A Link to the Past, ni siquiera ninguno en 3D para poder hacerme a la idea xD. Aunque de este Zelda he oido todo tipo de opiniones, y por norma general no encuentro que los fans de la franquicia estén de acuerdo con una valoración general.
Y lo de los jefes repetidos es algo que a mí me suele mosquear, en juegos como Mega Man no me importa tanto (en especial porque suelen durar menos de un minuto), pero en otros juegos como el Okami repetir no sé cuántas veces el combate contra Orochi o contra la Arácnida no lo hace divertido, lo hace monótono, simple, aburrido y hasta te amarga la emoción que sentiste la primera vez que luchaste que ahí sí te encantó.
Debería jugar el Ocarina del Tiempo Sormat. Es uno de esos juegos obligatorios que debes terminar al menos una vez sí o sí.
Excelente análisis, este juego aún no lo he jugado porue me gustan tanto los Zeldas que deseo comprarme el original si o si. Aún así he jugado bastante zeldas (no todos) pero en definitiva el Ocarine of Time siempre será mi favorito y lo he retomado muchas veces, al igual que el Chrono Trigger. Pero lo realmente interesante del artículo aparte de el análisis detallista que has dado es el asunto de la temporalidad del tiempo, que para muchos es un dolor de cabeza, pero también te quiero compartir fuentes que lo discuten como es un usuario de Youtube llamado «Coca cola Light-man» que se dedica a hacer analisis de juegos y le dio mucho enfasis a la temporalidad de Zelda, he aquí el link
No hay mucho que comentar, has dicho bastante y no he jugado el título, he visto videos (pocos ya que deseo jugarlo y no spoilarme mucho) y críticas pero el tuyo es el más extenso y podría decirse «objetivo», aunque muchos comparten que si bien es bueno, no supera al Ocarina. Un punto importante que me gusto que tomaras fue el no retroceder en su modalidad de juego, lo cual seria absurdo contando que a muchos les encanto, incluso confieso mi emoción al escuchar del TP saldría en la Wii pensando que yo movería la espada (lo cual no sucedió y fue algo decepcionante), este punto lo toco por el rumor de que Metroid volverá con su estilo Shooter lo cual me generá un poco de conflicto debido a que la jugabilidad del Other-M la encontré fantástica, lo que considero un cierto retroceso ya que lo malo de ese título era la historia y desvirtuar la personalidad que los fans se construyeron de Samus.
Tu concepto de diversión me entretiene un poco xD es que pensándolo bien me gustan juegos de terror (que me has motivado tú), pero no considero que sean divertidos en sentido infantil, sino que me generan expectación constante (obviamente hay juegos que pasando el tiempo te hacen perder ese sentido de alerta al volverse algo obvios), así que considero diversión cuando él juego te deja pegado. Obviamente puede que no a todos les gusten los zeldas, pero considero que el Ocarina y este título son para el gusto de todos, ya que no son totalmente infantiles sino que tienen su toque de oscuridad y dificultad (puede que este más que Ocarina con los jefes).
De todas formas, cuidate y me ha encantado encontrarme con una entrada tuya tan pronto, independiente de que esta la tenias empezada desde Marzo xD
Otra cosa referente a la línea del tiempo, fue defraudante cuando me enteré. Ya que en lo personal no tomé peso a la sucesión de ellos, es más, podría decirse que los Zeldas de Game boy tenian su línea y que Awakening fue espectacular ya que lo ligue directamente como la secuela de los Oracles of… y estos posteriores a Link to the Past. Cuando salió Ocarina lo tomé simplemente como el inició de una aventura de un descendiente de Link ya que el tiene un pasado Hyrule (aunque no me quedó claro si proviene de una rama de Caballeros o realeza), de allí directamente Majora, lo mismo para Wink Waker y las que continuaron con sus gráficos. El primer Legend of Zelda no tenía cronología para mi, es más como un mito aparte e incluso podría no ser considerado al comenzar todo de la nada (aunque no sabia que existía el II). Con Minish Cap todo se me perdió al igual con Four Sword, pero siempre pensé que eran descendientes de Link, aunque nunca supe cual fue el primero, pero yo digo que era «Link to the Past».
Se que no viene al caso, pero era la propia que tenía, bastante vaga pero se conformaba con que eran los descendientes, ahora si bien esto no se descarta, obviamente es mucho más confusa con ponerla en 3 ramas… pero por eso te invito a escuchar el análisis del Youtube que te recomendé ya que el mismo también da sus teorías y en cierta forma, si bien no mejora el desastre que se produjo y me produce antipatía en que una de ellas Link muere ¬¬ es una forma de que aún en esta incongruencia exista cierta paz, porque más grave es el desastre con la Saga Castlevania ¬¬!!!!
Es cierto, la cronología de Castlevania está tan o más jodida que la de Zelda, pero al menos durante las seis primeras entregas todo es bastante consecuencial.
-Siempre es divertido ver a gente discutiendo sobre la línea temporal de los Zeldas sacando cálculos y con pizarra en mano. En lo personal encuentro bastante superfluos aquellos debates, pero como buen jugón me ha resultado imposible distanciarme de ellos.
Dices que el juego es bastante sencillo en cuanto a dificultad, pero se te olvido mencionar el modo héroe, ahí la dificultad sube, solo opino.