Hentai, Perspectiva Jurídica – By AngryFreak

-El tema que se tratará en las siguientes líneas es un “hot-topic” (tema candente) que por diversas razones tiende a hablarse a escondidas, a referirse a él de manera indirecta, pues son muy pocos los que se atreven a decir las cosas por su nombre.

No nos vayamos por las ramas, el Hentai es pornografía, y ésa es una realidad indiscutible. Incluso para los japos- desde el punto de vista jurídico, claro-. Si le dan una ojeada a la Wikipedia encontrarán el artículo 175 del Código Penal Japonés que prohíbe la publicación de material “moralmente perjudicial” dentro de sus fronteras. Estas breves líneas durante los últimos quince años han sido víctimas de innumerables interpretaciones, pero por ahora dejemos esto de lado que ya llegará el momento de explayarnos más al respecto. Lo que sí es importante para proseguir con la lectura es que estemos concientes de estos tres puntos: 1-El Hentai es pornografía; 2-En este sentido, la pornografía puede considerarse como “moralmente incorrecta” y por deducción lógica; 3-Todo lo relacionado con el género Hentai es tratado como “tabú”.  Estos tres aspectos serán analizados en profundidad a continuación:

¿Qué es lo que entendemos por pornografía[1]? Ni siquiera hay que molestarse en citar a la RAE para dar con una definición precisa. Entendemos por “pornografía” ilustraciones, videos, y en general todo tipo de material que presente, exponga o exhiba situaciones de sexo explícito. Esta última palabra es clave para delimitar los alcances del término. Que sea explicito implica necesariamente la existencia de una actividad sexual de por medio (esto incluye masturbación, cierto tipo de desnudos, aunque en realidad sus preceptos son bastante variables,y siempre existe un espectro moral en su interpretación). Con esta definición dejamos de lados los desnudos artísticos, pese a que algunos conservadores, fanáticos religiosos y puritanos probablemente  no se muestren muy conformes  con esto.

 

Que sean monitos de palo o humanos poco importa en este caso, mientras la intención, lo que se busca representar (en este caso una situación de sexo explicito) permanezca constante, podemos considerar casi con total seguridad al genero hentai como pornográfico.

La pornografía como “moralmente incorrecta”. Mierda, sólo escuchar el término moral hace a mi cabeza evocar esas horas de tortura conocidas como cátedras de filosofía en materia jurídica. Meses completos sólo para entender que todo lo relacionado con lo moral es ridículamente impreciso, y en ciertos aspectos, incomprensible para la especie humana.

Pese a que a muchos intelectuales y estudiosos en esta rama de la filosofía probablemente las siguientes líneas les provoquen un infarto al miocardio, para efectos prácticos entenderemos a lo “moral” como lo correcto, lo debido, lo bueno, lo socialmente aceptado, etc., etc.

Ciñéndonos a esto no es de extrañar que todo lo relacionado con la pornografía sea considerado como “moralmente incorrecto”. Esto no es para nada reciente. Todos sabemos que existen ciertos temas “tabús” que las personas prefieren evitar en medida de lo posible, ya sea por recelo, pudor, razones ideológicas, etc. Uno de los principales siempre ha sido el comercio sexual (que pone de manifiesto algunos de los peores aspectos de la humanidad, en diversos sentidos que no vienen al caso), y sólo en los tiempos modernos (y como muchas limitaciones) las normas jurídicas se han ido adaptando a estas realidades. Las inhibiciones sexuales siempre existirán, no nos engañemos. Incluso a mí me da un poco de vergüenza tratar sobre estas cosas, pero si todos nos quedamos callados las censuras y limitaciones -que secretamente son el aspecto más importante que trataré en la extensión de este artículo- se podrán con el tiempo más irracionales y ridículas. Y es sobre esto que tratarán las siguientes líneas, antes de irnos al asunto de fondo.

Hatsu Inu - Season 2

-En Chile, recientemente, se han implementado reformas legales que consideran al genero Hentai al mismo nivel que la pornografía[2]. Como resulta obvio, esto ha repercutido de gran manera en el consumo y venta de este tipo en particular de material. Antes de la nueva ley (proyecto de ley, para ser más preciso) el Hentai se distribuía de la misma forma que el anime común y corriente. No existían limitantes ni se le aplicaba ningún tipo de censura en lo absoluto. No importa desde qué ángulo lo mires, eso por no puede estar bien. Recordemos la definición dada unos párrafos atrás y pongámonos la mano en el corazón. No se puede ignorar la realidad, el Hentai y el porno son técnicamente lo mismo, y por ende deben existir leyes que prohíban o -al menos impidan en menor escala- el acceso por parte de menores a sus contenidos. Pero tampoco seamos tan extremos, ni la pornografía ni el Hentai pueden ser considerados como “moralmente incorrectos” (osea malos o indebidos) por nadie con dos dedos de frente. Si eres mayor de edad y bajas o vez videos en privado en la comodidad de tu hogar, nadie puede hacerte absolutamente nada. Eso sólo se aplica en el caso de que en el material que consumas no salga una niña de 12 años haciéndolo con un burro o algo parecido, y si lo hace, busca ayuda urgente. Dentro de mi lista de cosas que no tolero perfila de los primeros la pornografía infantil. No entiendo la fijación (casi patológica) de ciertos individuos por ver relaciones sexuales de niños pequeños, ni siquiera con sus partes desarrolladas,  y es sobre esto a lo que los referiremos a continuación.

-A veces (casi siempre, en realidad) los diseños de los personajes femeninos en el Hentai tienden a aparentar menos edad de la que realmente poseen. Muchas veces esto nos puede hacer parecer que estamos frente a casos de sexo explícito entre infantes, pese a que el público conocedor sabe (o al menos eso me gusta pensar) como diferenciar entre unas y otras. ¿Pero qué ocurre con las personas sin conocimientos en esta materia? Acá se nos complica el panorama. Fácilmente para alguien sin experiencia en este ámbito los diseños por ejemplo de Hatsu Inu (anime Hentai de moda) pueden parecer incluso de niños, lo que también ocurre con series un tanto ambiguas como Kanokon -que según la definición dada debería ser considerado como hentai, pese a que no hay ninguna secuencia de sexo “real” (dícese, penetración) en la extensión de la serie, pero sí millones de insinuaciones, acercamientos totalmente explícitos que dejan poco a la duda- donde el prota aparenta tener menos de 11 años. Si aún permaneces escéptico dale  una ojeada a las siguientes imágenes y velo por ti mismo: [1/2/3]

Las leyes son muy estrictas al respecto y como dudo mucho que los encargados de interpretar la Constitución sean adeptos a La Blue Girl, es muy probable que las veredictos sobre que es Hentai y que no sean la gran mayoría de las veces no sean muy acuciosos que digamos.

Obviamente en este sentido Japón no es la excepción, y ahora es el momento de desempolvar el artículo jurídico que mencionaba al comienzo del texto.

Espero que llegados a este punto no quepan dudas que en materia moral no hay consensos ni puertas cerradas y que su rango de aplicación es ridículamente vago e impreciso, es por eso y más que es difícil delimitar el alcance de que es “moralmente incorrecto” y que no los es. Al menos en Japón el asunto parece funcionar así:

-Moralmente incorrecto: Mostrar testículos, glande y vello púbico en pantalla. Relaciones sexuales con animales y entre niños pequeños.

-Moralmente correcto: Colocar una franja negra o blanca para tapar una pequeña parte del miembro genital masculino. Incesto. Sexo con animales desconocidos o lisa y llanamente monstruos con tentáculos y relaciones sexuales “entre adultos”, lo cual la mayoría de las veces se sobreentiende, pero nunca queda 100% libre de dudas.

¿Es necesario profundizar sobre esto? Quizás, aunque dudo mucho que lleguemos a algún lado. Esto no hace más que reafirmar mi tesis de que los órganos encargados de interpretar la Constitución, independiente del país en que se encuentren, no tienen ni la menor idea de lo que están regulando. Es simple, no le puedes pedir a un anciano octogenario como esos viejos seniles del tribunal Constitucional que sepa diferenciar edades en el hentai cuando incluso a los mismos seguidores les resulta complicado a ratos. Aun más difícil es pedirle a estos señores que sean capaces de distinguir con claridad entre que es hentai y que no lo es, sobretodo en los últimos tiempos cuando los límites comienzan a hacerse cada vez más ambiguos. No tiene mucho sentido seguir dando vueltas al respecto.

 

_______________________________________________________________________

[1] En realidad, la RAE define a la pornografía como:  «El carácter obsceno de las obras literarias o artísticas» pero a mi parecer (y coincidiendo  con la mayoría) considero que esta definición es demasiado amplia e imprecisa, por lo que durante la extensión de este artículo entenderemos el término en base a la concepción mas moderna (aunque a la vez un tanto sesgada y controvertida) que le atribuye como requisito fundamental el  carácter de explícito.

[2] Esto podría provocar malentendidos. A lo que me refiero con esta premisa es a la conclusión lógica a la que se puede llegar de la posible aplicación de una ley que condene al hentai dentro del género de la pornografía infantil, ostentando por ende las mismas consecuencias jurídicas y siguiendo a Aristóteles que nos manda a tratar igual lo que es igual y diferente lo que es diferente,  se deduce con facilidad que tanto el hentai como la pornografìa, al menos para efectos legales, son lo mismo. Para profundizar en este tema presiona aquí.

~ por ANGRYFREAK en mayo 25, 2009.