A la muerte de otro amigo

-Resulta casi absurdo el simple hecho de pensar que hace tan solo unas cuantas entradas atrás imprimía mis reflexiones mediáticas a modo de pésame frente al prematuro fallecimiento de una significativa amistad, y ahora nuevamente me encuentro dispuesto mediante la utilización de esta instancia a desarrollar unas cuantas ideas sobre mis consideraciones personales sobre el tema que aquí nos convoca, a modo de homenaje y despedida final.

Como había redactado con anterioridad ya, no considero a la muerte como el fin de la existencia del individuo propiamente tal, de hecho, profundizando aun mas incluso promulgaba el acto de desvincular términos tan frecuentemente entendidos como caras de una misma moneda, como vendría a ser el concepto de la vida y la muerte como tal.

Generalmente entendemos a la muerte como el fin de la vida, pero frente a tan vaga e inconsistente afirmación cabe hacernos la siguiente pregunta, ¿Qué es lo que nosotros realmente entendemos como “vida”?

Independiente de las consideraciones personales, espero al menos que el lector este conciente que, desde un punto de vista bastante abstracto y metafísico, la vida no se limita al plano corpóreo, sino que trasciende como relativa facilidad de lo material para así y de esta manera disfrutar de la inmortalidad, pero entonces ¿Qué vendría a ser exactamente la “vida” que supuestamente la muerte le arrebata a las personas? La respuesta goza de una simpleza casi inimaginable, en términos simples, únicamente se limita a despojarle al individuo la capacidad de desenvolverse por si mismo, dependiendo de esta manera de sus cercanos, portadores de su existencia, para así volver a transitar las limitaciones de la vida terrenal.

De esta manera el concepto de la resurrección comprende un nuevo significado, uno mucho mas abstracto, no esta demas el mencionar, ya que al limitar el accionar de la muerte, a la vez interrumpimos el ciclo lógico de la vida, y volvemos de esta manera al proceso de resurrección “impreciso”, ya que el individuo, al no enfrentar a la muerte como el fin da la vida, el proceso mediante el cual la persona resucita realmente nunca se da, porque en individuo mediante este planteamiento no deja de existir, ósea, la vida nunca se interrumpe como tal. Esa es, en términos simples, la verdadera inmortalidad.

~ por ANGRYFREAK en marzo 16, 2008.

2 respuestas to “A la muerte de otro amigo”

  1. cri cri

  2. Un interesante acercamiento a uno de los mas grandes misterios que se ha planteado la humanidad. Creo que seria una de las teorias mas aceptadas por mi. Si me muero el martes 25 volvere para avisarte
    lo del mas alla
    si no vuelvo es por que no existe
    y si no me muero, la ezmirna estaba equivocada.
    saludos malkav

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